El Real Madrid ha culminado el gran sueño que se le había escapado durante tantos años, y ha alcanzado la ansiada Décima Copa de Europa después de doblegar al Atlético de Madrid por 4-1 en la gran final disputada en el Estádio da Luz de Lisboa.

No cabía un alma en el Estádio da Luz de Lisboa, que por la magia de la Champions League se había convertido en un híbrido maravilloso entre el Santiago Bernabéu y el Vicente Calderón, con el color de sus dos grandísimas aficiones llenándolo todo de pasión.
Sin Arda Turan lesionado, en el once inicial del Atlético sorprendía la alineación como titular de Diego Costa, que parecía haberse recuperado en tiempo récord de la lesión que se produjo en el Camp Nou. Pero por lo visto la magia de la placenta de yegua no es tan potente como la de Champions, y el delantero hispanobrasileño tuvo que ser sustituido por Adrián en el minuto 9 de juego. Ahora habrá que ver si puede recuperarse para el Mundial.
En el Real Madrid, para cubrir el hueco dejado por Xabi Alonso, sorprendía la titularidad de Khedira, sin apenas minutos después de su recuperación. En el centro de la defensa, Varane cumplía el imposible de que no se echase en falta a Pepe.
Intercambio de golpes
El partido comenzó bajo un intercambio tímido de golpes, con los dos equipos buscando su sitio en el campo y sin un claro dominador. Había nervios y las jugadas no terminaban de cuajar, por parte de unos y de otros.
Recuperado Benzema, Ancelotti había podido alinear a su tridente ofensivo de gala, pero tendrían que superar al muro Juanfran-Miranda-Godín-Filipe Luis, y esa tarea es siempre una misión con muchas probabilidades de fracaso.
Entre jugadas que terminaban en nada e imprecisiones constantes, fueron pasando los minutos de la primera mitad. Apenas hubo disparos a puerta, más allá de un lanzamiento de falta por parte de Cristiano Ronaldo, en el minuto 27, que atajó Courtois sin problemas.
La primera gran oportunidad del encuentro se hizo esperar, y llegó en el minuto 31, tras un mal despeje de la zaga rojiblanca que terminó de rebote en los pies de Bale. El galés enfiló la portería contraria, superó la última línea atlética con facilidad y disparó en carrera, pero el balón salió desviado por la derecha de la portería de Courtois.
Otra vez la cabeza de Godín

El Real Madrid, que había jugado con muchos nervios hasta ese momento, quedó aún más tocado, y poco después Adrián estuvo a punto de hacer el segundo con otro cabezazo, a la salida de un córner.
El descanso apenas cambió el panorama que se estaba viendo sobre el césped. El Atlético de Madrid, que de la mano de Simeone ha aprendido que la receta de la especulación no suele dar buen resultado, salió aún con mayor intensidad, con el objetivo claro de asfixiar a su rival para evitar que despertara. El final de la temporada se le ha hecho muy cuesta arriba al Real Madrid, y esa misma pesadez acumulada se estaba notando también en el partido más importante del año.
Pronto entraría en acción otro de los puntales atléticos: su guardameta. Tras una falta de libro de Miranda en el minuto 53, Cristiano Ronaldo disparó con potencia un lanzamiento libre, pero Courtois repelió el balón y alejó el peligro.
Buscando la verticalidad que le había faltado, Ancelotti sustituyó a un Khedira muy desdibujado por Isco y sacó a Marcelo por Coentrao en la banda izquierda. Después, cambió a Benzema por Morata, uno de sus habituales recursos de los últimos minutos. A muchos les gustaría preguntar al entrenador italiano por qué decidió incluir a Khedira en el once inicial.
Sergio Ramos fuerza la prórroga
Los minutos fueron avanzando y el marcador no se movía. Con el viento a favor del resultado, el Atlético dio un paso atrás y el Real Madrid intentó jugar las últimas cartas que le quedaban. Una de ellas era Bale, que en el minuto 78 estuvo a punto de conseguir el gol del empate gracias a otra de sus furiosas galopadas.

Pero la historia de este partido estaba escrita para los jugadores tocados por los dioses del fútbol, y otro de ellos es Sergio Ramos. Solo él podía marcar el gol del empate con un cabezazo en el minuto 93, cuando no había tiempo para más.
Se llegó a la prórroga con el cansancio atenazando las piernas de los jugadores de ambos equipos, aunque era el Real Madrid el único capaz de seguir llevando peligro a la portería contraria. El Atlético apenas inquietaba a la portería de Casillas.
El Madrid, imparable en la prórroga
En el minuto 111 Gareth Bale, que había sido uno de los mejores hombres de su equipo, aprovechó un rechace tras una gran jugada de Di María y marcó el 2-1, para romper definitivamente al Atlético.

El 3-1 lo hizo Marcelo y el 4-1 fue obra de Cristiano Ronaldo, de penalti. Un marcador muy amplio que no reflejaba en absoluto lo que se había visto en el campo; pero que suponía la Décima Copa de Europa para un Real Madrid que sigue escribiendo su leyenda europea con letras de oro.
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